FEDERICO NIETZSCHE, EL FILÓSOFO Y EL POETA



“Predestinada a tu órbita, ¿qué te importa, estrella, la oscuridad?
Al mundo más remoto pertenece tu fulgor”.




 
FEDERICO NIETZSCHE, EL FILÓSOFO Y EL POETA

Este 25 de agosto se conmemora el 111 aniversario del fallecimiento de aquel pensador alemán que había dicho: “Soy lo bastante fuerte como para dividir en dos la historia de la humanidad”. Autor de: Humano, demasiado humano (Un libro para espíritus libres). Aurora (Pensamientos sobre la moral como prejuicio). Así habló Zaratustra (Un libro para todos y para ninguno). Más allá del bien y del mal (Preludio de una filosofía del futuro). El Anticristo (Maldición sobre el cristianismo). La voluntad de poder (Ensayo de una transmutación de todos los valores). Ecce homo (su perturbadora y fascinante autobiografía).
Estos documentos tempranos del posmodernismo; “el que nos sugiere, no sólo con su obra sino también con su vida, la consagración al pensamiento, como artista, intérprete y evaluador del mundo; tiene en Mario Mayhua Quispe un inteligente y consagrado estudioso. Pero no un adherente acrítico y repetidor de aforismos sino un original espíritu que emparenta por ejemplo a Nietzsche con la Cultura Andina” (Gabriel Apaza dixit). Así mismo, Mario Mayhua, tiene en su haber el bastante difundido libro: “Nietzsche, el Retorno de Zaratustra”.
Federico Nietzsche (1844 - 1900) se dedicó por entero a dar respuestas a estas interrogantes: ¿Cuál es el punto de vista más sano, más noble, más favorable a la vida, el más afirmativo?, ¿y cuál es el más bajo, el más decadente, el que, con su interpretación, niega todo lo vivo?
En ese sentido, muchos suponen, prejuiciosa y superficialmente, que los escritos de Nietzsche pudiesen estar influidos por las enfermedades que acabaron por dominarlo. Y de este modo pretenden negarle toda validez. ¿Nos negaremos, por esto, a tomar en serio su doctrina filosófica, bajo pretexto de que su inteligencia estaba sumida en las tinieblas de la locura? Pero es ello una simple posibilidad que no confirma ninguna certeza. Cuando más, debería deducirse de este hecho un examen y comprensión muy particulares antes de admitirlas. Pero, la más elemental exigencia intelectual ¿no nos obliga a hacer lo mismo con cualquier otra teoría filosófica?
Nos parece absolutamente incuestionable que la obra de Nietzsche puede ejercer bienhechor influjo en un pueblo, en una cultura y época como la nuestra que está muy lejos de caracterizarse por una superabundancia de energía moral, espiritual y física. Pocos pensadores han sabido, en el mismo grado que él, forzar al hombre a verse tal como es, a ser totalmente sincero para consigo mismo; pocos ‘moralistas’ han puesto en evidencia con tanta crudeza todos los pequeños engaños a que la persona se somete para disimular su debilidad, su cobardía, su impotencia, su mediocridad; pocos ‘psicólogos’ y filósofos han hecho aparecer más claramente a la luz del día la realidad baja y mezquina que se disimula muchas veces bajo las bellas palabras de ‘perdón’, ‘caridad’, ‘desinterés’, ‘paz’, ‘democracia’, ‘razón’, ‘civilización’, planteando su reformulación bajo la expresión del nietzscheano Zaratustra: Transmutación de todos los valores.
CITAS NIETZSCHEANAS
- ¡Qué sería tu felicidad, radiante astro, si no tuvieses aquéllos para los que brillas!
- “¿Aspiro acaso a felicidad? ¡Aspiro a mi obra!”.
- “Vosotros miráis hacia arriba cuando ansiáis elevaros; yo miro hacia abajo, pues estoy elevado”.
- ¡Por mi amor y esperanza te insto a que no repudies al héroe que hay en tu alma! ¡Permaneced fiel a tu más alta esperanza!
- ¿Cómo podríamos sentirnos en nuestra casa y a nuestras anchas en lo presente los que somos hijos del porvenir?
- ¡Construimos nuestro nido en el árbol ‘porvenir’; águilas deben traernos en sus picos la comida a los solitarios!
- Y si el río de mi amor se precipita por fragoso terreno, ¡no importa! ¡No hay río que no se abra paso tarde o temprano hacia el mar!
- ¡Sube de mis profundidades, pensamiento abismal! Yo soy tu gallo y alba, gusano dormilón. ¡Arriba! ¡Arriba! ¡Mi voz ha de arrancarte del sueño!
- En el hombre se encuentran unidos el creador y la criatura, porque el hombre es materia, fragmento, residuo, arcilla, barro, locura, caos; pero el hombre es también creador, escultor, duro martillo, divino espectador que en el séptimo día contempla su obra.
- Hay sabiduría en el hecho de que muchas cosas en el mundo huelan mal; ¡el mismo asco hace crecer alas y fuerzas palpitantes!
El querer libera; pues querer es crear -así lo enseño yo. ¡Y sólo para crear habéis de aprender!
- Este pensamiento que me exalta ¿cómo no ha de ser verdadero?, o: ‘Esta obra me encanta ¿cómo no ha de ser bella?’, o: ‘Este artista me hace más grande ¿cómo no ha de ser grande él mismo?’.
- He aquí lo que espero aquí, astuto y burlón, en altas cimas; ni paciente ni impaciente, sino como uno que se ha olvidado también de la paciencia -porque ha dejado de ser un ‘paciente’.
- Esta luminosa doctrina me cayó del cielo luminoso; esta estrella brilla aún en noches lóbregas en mi firmamento.
- ¡Y que se venga abajo cuanto pueda venirse abajo en nuestras verdades! ¡Quedan aún muchas casas por levantar!
- Más allá del norte, del hielo, del hoy,
más allá de la muerte,
aparte -
¡nuestra vida, nuestra felicidad!
Ni por tierra
ni por agua
puedes encontrar el camino
hacia nosotros los hiperbóreos:
Así lo vaticinó de nosotros una boca sabia.
(Extraído del libro: “Nietzsche, el Retorno de Zaratustra”, de Mario Mayhua, Editorial Juan Gutemberg, Lima, 144 páginas).